San Juan: Archivo judicial propio y un ahorro millonario
El Poder Judicial tiene todo listo para estrenar mañana el nuevo archivo y depósito con el que busca ordenar la valiosa documentación judicial de la provincia y ahorrar más de 1 millón de pesos al año. El edificio está ubicado al lado del Hospital Marcial Quiroga y permitirá, progresivamente, prescindir de dos inmuebles por los que hoy se paga 108 mil pesos mensuales para guardar efectos secuestrados por causas y pilas de expedientes de todos los fueros.
Según fuentes judiciales, el flamante edificio demandó una inversión de 10 millones de pesos del propio presupuesto y ya se puede ver del lado Norte de avenida Libertador, unos metros más allá del segundo nosocomio público más importante de la provincia (ver infografía). El inmueble, que fue diseñado por el Departamento de Servicios Generales, que encabeza Augusto Rago, tiene una superficie cubierta de 1.119 metros cuadrados que serán suficientes para contener toda la documentación que tiene archivada actualmente el Poder Judicial y encima, sobrará espacio como para seguir sumando expedientes durante varios años más.
Hoy, los archivos judiciales están divididos en dos. El Poder Judicial le paga 70 mil pesos por mes a una empresa privada que está sobre Ruta 40 y allí hay unas 13 mil cajas con expedientes, y en el mismo palacio de Tribunales, en el subsuelo, se encuentran los protocolos de sentencias y todos los datos del Registro Inmobiliario. A eso se le suma el depósito de efectos secuestrados en distintas causas judiciales que funciona en un edificio céntrico sobre calle General Acha, por el que se pagan 38 mil pesos.
Las fuentes aseguraron que la intención de la Corte es llevar al nuevo edificio la documentación que está en la empresa privada y los elementos que hay en el depósito, aunque lo hará en forma progresiva por el volumen de papeles y materiales a trasladar. Así, con un inmueble propio, el Poder Judicial se propone ahorrar más de 100 mil pesos al mes, es decir 1,2 millones de pesos.
Los documentos de operaciones inmobiliarias no se sabe todavía si seguirán en Tribunales o si irán al inmueble que está en Rivadavia. Las dudas, de acuerdo a lo que dijeron las fuentes, es que son materia de consulta cotidiana para distintos trámites y quedaría algo incómodo para particulares, abogados y jueces tener que requerirlos desde el punto opuesto de la ciudad.
Lo que sí se sabe es que los miembros de la Corte de Justicia deberán adecuar una serie de cuestiones. En la empresa a la que se alquila un espacio sobre Ruta 40 hay expedientes permanentes (es decir que no se eliminan nunca) sobre sucesorios, divorcios, adopciones, causas de alimentos, tenencias y régimen de visitas que generalmente son requeridos en causas judiciales y llevados hasta el palacio de Tribunales a diario a requerimiento de jueces y fiscales. Lo mismo pasa con los no permanentes (se eliminan cuando prescriben) sobre causas penales, civiles y de menores. El máximo tribunal deberá buscar un sistema de traslado especial, como si fuera una especie de mensajería, para que el servicio de Justicia no se resienta, dijo una fuente calificada y cercana a los cortistas.
La base documental del Poder Judicial tiene un valor difícil de calcular. Por ejemplo, los expedientes permanentes son antecedentes clave de eventuales litigios, los protocolos de sentencias sirven para consultar jurisprudencia, controlar el cumplimiento de las mismas y los antecedentes de los involucrados y en la documentación inmobiliaria constan todas las operaciones de este tipo (ventas, transferencias, sucesorios) que se han hecho en la provincia.
Si bien no se da en la mayoría de los casos, con el nuevo edificio se podrán descomprimir algunos juzgados. Lo que pasa es que en ese mismo lugar tienen apilados expedientes que tranquilamente pueden ser derivados al archivo general.
Tratamiento y conservación del Archivo Histórico Judicial de la ciudad de Esquel
El Poder Judicial en calidad de Administrador y Custodio del Acervo Judicial Histórico, juntamente con la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Municipalidad de Esquel, Escuela N° 523 de Irregularidades Motoras, con la suma de esfuerzos y recursos han logrado ya la catalogación y descripción de 1.951 Expedientes.
Esto implicó un diagnóstico exhaustivo de organización, descripción y estado físico con base en la importancia de los documentos.
Documentos, cabe destacar que no solo tienen un Valor Histórico como fuente primaria, sino un Valor Informativo que sirve de referencia para la elaboración, reconstrucción de cualquier actividad y que puede ser testimonio de la memoria colectiva.
EL ARCHIVO
CENTINELA DEL PASADO
VIGIA DEL PRESENTE
FUNDAMENTO DEL FUTURO
La rotura de una canilla arruinó valiosos documentos de los siglos XVII y XVIII
17/06/10. Son 50 volúmenes del Juzgado del Crimen que no estaban digitalizados.
Por Marta Platía
La rotura de una canilla en un baño del Archivo Histórico de Córdoba, fundado en 1941 y uno de los más importantes de Sudamérica, desnudó el desamparo que padece esa institución desde hace años. Unos 50 volúmenes con documentos sobre el Juzgado del Crimen, de los siglos XVII y XVIII, se dañaron y, tal vez, se perdieron para siempre porque no están digitalizados.
La lluvia sobre los libros empezó en la noche del miércoles pasado, al término de la jornada laboral, y duró hasta la mañana siguiente. El vástago de una canilla se rompió y el agua fluyó como una fuente.
¿Cuánto del patrimonio está en riesgo? Según sus autoridades, todo. Nada menos que los 20 mil volúmenes que contienen, entre 1574 y 1925, la historia de Córdoba.
Documentos del gobierno, protocolos de escribanía sobre terrenos, y la historia judicial de la provincia. Entre las joyas en riesgo hay cinco cartas firmadas por José de San Martín; nueve por Manuel Belgrano; una por Juan Manuel de Rosas y otra por Laprida.
“El agua inundó el baño, después se filtró por el piso y cayó sobre los libros”, describió a Clarín, Ricardo Godoy, uno de los 18 empleados, mientras muestra uno de los volúmenes estropeados. “Y como no están en versión digital, ni en fotocopia –apuntó su compañero José Domínguez–, lo que se arruina se pierde”. A su lado, Eduardo –quien prefirió no dar su apellido, y lleva 18 años en el Archivo– agrega un dato: en todo el edificio sólo hay “dos viejas computadoras donadas por los consultantes que vienen a la biblioteca”.
¿Escáner? ¿Internet? ¿Página web? Los archiveros se miran y se ríen, entre la tristeza y el sarcasmo: “Nada de eso. Apenas una línea telefónica y dos aparatos. Tampoco hay calefacción ni refrigeración”.
El director, Alejandro Moyano Aliaga, puso “$ 500 de su bolsillo para comprar rollos de papel de cocina para rescatar algo” . Licenciado en Historia y Archivero, es el director desde 1967, “cuando tenía 27 años”. Respetado y querido por su gente, parece acostumbrado a la desidia oficial hacia la institución que, dice, es su vida.
“Todo debería ser restaurado primero por los monjes de Calmayo y luego digitalizarse –siguió Eduardo–. Pero claro, todo eso cuesta”. El hombre sabe de qué habla: se refiere a los religiosos de un Monasterio al suroeste de esta capital que ya rescataron valiosos Libros de Bautismo de la Curia local.
El director y sus subordinados no se cansan de mostrar documentos. Entre ellos, la portada del diario “El Eco de Córdoba”, del 1° de enero de 1865, donde se registraban desde “los presos que ingresaron a la cárcel”, con nombre y apellido; hasta los “adulterios” de la época. “Lo peor es que no es la primera vez que ocurre un desastre edilicio”, agrega Marcia Nelles Garzón, una empleada desde hace seis años. “En 2009 se rompió un caño sobre la calle 27 de abril –el Archivo está en pleno centro– y trabajamos 10 meses a puertas cerradas porque había peligro de hundimiento en varios sectores. Teníamos que ir a los baños de bares cercanos”.
A tono con el Bicentenario, los empleados coinciden: “No se puede permitir que esto se pierda”.
El laberinto de la justicia en el Perú
Archivo de la Corte Superior a punto de colapsar. Contiene 5 millones de expedientes. La humedad y la falta de sistemas de seguridad hacen peligrar documentos que recogen la memoria judicial de Lima, en especial los expedientes del siglo pasado.
Luis Velásquez C.
Imposible no pensar en la sensación de olvido que flota en el ambiente de este lugar y en las pésimas condiciones de seguridad con que aquí se trabaja… varios metros abajo, lejos de la luz del día.
Quién lo diría, arriba, los gritos y la impaciencia de cientos de litigantes que indagan sobre sus juicios. Abajo, un profundo silencio, luces tenues y una paz que asusta. Dos realidades totalmente opuestas.
Un microclima que muestra sus inconfundibles señales: muros y techos manchados, tubos oxidados y goteras que reaparecen cada semana o cada mes, como los roedores y cucarachas que lo habitan.
No hay caso, la humedad en este lúgubre sótano está en todos los rincones. En las paredes, en los pisos y principalmente en el valioso material que aquí se custodia: millones de expedientes judiciales.
En ellos aparecen los nombres de personajes importantes de la política, la milicia y la economía, quienes persiguieron causas justas y a veces no tanto. Y también los de los demás ciudadanos que alguna vez recurrieron a la justicia.
Hoy nos ocuparemos de este tema. Es nuestra obligación, pues muchos de estos documentos están dañados y varios otros corren peligro de estarlo en poco tiempo. El hilo que une sus folios y el cartón que los sujeta y clasifica no garantizan nada.
Es una situación que podría resumirse con una palabra: abandono. Urge hacer algo pronto. Si no, muchos de los expedientes que probablemente recogen los más sonados juicios civiles que recuerde Lima se perderán, tal vez para siempre.
La jefa de este recinto, Livia Peña Bazán, entiende el riesgo y por ello se esfuerza por mantener este valioso encargo a salvo del clima destructor de Lima. Le preocupan en especial los expedientes del siglo pasado.
Con escasos recursos y con el apoyo de su personal pelea contra la humedad, las polillas y los roedores que amenazan el valioso acervo documentario que aquí se guarda.
Claro, sus rivales más duros no son los bichos, sino el desinterés del Estado, la escasez de recursos y la carencia de herramientas.
Tendrá nuevo local
Por suerte, se están tomando medidas y en poco tiempo la situación actual del Archivo Central de Expedientes Judiciales de la Corte Superior de Lima podría cambiar.
De hecho, los primeros pasos han sido dados gracias al Proyecto de Mejoramiento de los Servicios de Justicia (PMSJ) que cuenta con el apoyo técnico y financiero del Banco Mundial. Invertirá más de US$ 800 mil en el cuidado de expedientes, habilitación de un ambiente especial fuera de Lima y su traslado al nuevo local.
Y ya hay muestras de este cambio. Por ejemplo, en el primer piso del Edificio Alzamora, donde funciona la Central de Distribución General. Ahí, gracias a la implantación de un sistema computarizado, se ha desterrado a los tinterillos que antes cobraban a los litigantes por elegir a los juzgados "más convenientes".
Con esto se ha conseguido también poner orden y se ha mejorado el trato a los litigantes que cada día abarrotan los ambientes de este edificio ubicado frente al Parque Universitario. Es solo el principio, señala Iván Castillejo, integrante del PMSJ.
"Más adelante se piensa instalar un sistema de notificación electrónica, un sistema de reconocimiento biométrico, a través de huellas dactilares y un sistema interconectado con el Reniec y el Banco de la Nación, y replicar el trabajo que se hace en el archivo en las cortes de Arequipa, Ayacucho, Huancavelica y Tumbes", sostiene el representante del PMSJ.
5 millones de expedientes
Pero volvamos al tema del Archivo Central. Habíamos dicho que sus ambientes no son los adecuados para seguir albergando los casi cinco millones de expedientes de causas civiles que tiene en sus registros la Corte Superior de Justicia de Lima.
No hay ambientes con la debida ventilación, sistemas contra incendios, equipos deshumedecedores ni compartimentos adecuados. Tampoco la cantidad suficiente de servidores que puedan agilizar la ubicación de los expedientes cada vez que un juzgado los requiera.
Lo que hay son cajas de cartón, anaqueles de metal, cuartos sin la debida iluminación, contados extintores y escasa señalización. Tampoco existen ambientes despejados en caso de sismos, pues la cantidad de expedientes han tugurizado los pasillos y oficinas. Para colmo, tampoco hay vías de escape.
No hay otra salida, entonces. Se debe mudar buena parte de la valiosa carga que se custodia en este sótano a un ambiente aparente. Y así se hará. Será en breve, pues el lugar especial del que hablamos ya existe. Queda en Jicamarca, a unos 40 minutos de Lima.
"Es un local que ha sido adecuado para albergar al menos 600 mil expedientes", detalla Livia Peña, quien precisa que hacia ese lugar irían primero los expedientes "que tienen poco movimiento", es decir, los más antiguos.
"Lo que pasa es que casi tres millones de expedientes ya figuran en el sistema automatizado de datos y esos son fáciles de ubicar, pero hay alrededor de 2 millones que no fueron ingresados al sistema y su ubicación se torna difícil.
Esto se hace de manera manual y demanda mucho tiempo", explica.
Suficientes razones para acudir en auxilio de este archivo y evitar que se sigan deteriorando expedientes que quizá alguna vez fueron el tema de conversación de la sociedad limeña. Imagine nomás cuántos hijos habrán declarado interdictos a sus padres para manejar sus fortunas. ¿Le parece conocida la historia?
Análisis
Nelson Shack
Del Proyecto de Mejoramiento de los Servicios de Justicia.
Archivo digital evitará demoras
Recordemos que el Archivo Central custodia los expedientes judiciales, pero éstos tienen movimiento y requieren ser archivados y desarchivados cuando un magistrado así lo requiera, ya sea para reabrir un proceso, por el aporte de nuevas pruebas, porque está conectado con otro proceso, o cuando los reos cumplen su pena. En cualquier caso, si el expediente no se encuentra o demora en ser encontrado, genera un problema al servicio judicial.
Un expediente que no está inventariado y no está en el sistema demora 30 días en ser ubicado, versus 20 minutos si está inventariado en el sistema.
En Lima hay 5 millones de expedientes archivados, de los cuales más de 2 millones solo están "almacenados". El inventario nos permitirá brindar un servicio con agilidad. Este trabajo busca inventariar y digitalizar un total de 2’900,000 de expedientes en cinco cortes: Lima 2’200,000, Arequipa 200 mil, Huaura 200 mil, Ayacucho 200 mil, Tumbes 100 mil. El total de expedientes en el Poder Judicial, a nivel nacional, bordea los 18 millones.
Antes se apilaban en cada juzgado
1) Hasta antes de 1997, los expedientes eran custodiados por cada juzgado, recayendo esta responsabilidad especialmente en los secretarios. Esto originaba muchos contratiempos, pues ocurría que a veces los expedientes se perdían o se traspapelaban.
2) Al crearse el Archivo Central de la Corte Superior de Lima, en 1997, cada juzgado civil y cada secretario entregó los expedientes que obraban en su poder, con lo que por primera vez se tuvo idea de la cantidad de causas pendientes o resueltas que había en esta corte.
3) En cambio, el número de expedientes generados por los juzgados penales es bastante menor. Se calcula que el total de expedientes bordea los dos millones. Estos son resguardados en el Palacio de Justicia y en un local que queda en Barrios Altos.
4) El local adonde se llevarán algunos de los expedientes de los juzgados civiles (en Jicamarca) tiene una extensión de mil 200 metros cuadrados y empezará a funcionar dentro de ocho meses.
Fuente: diario la Republica, 18/09/08 pp: 16-17
Alemania pierde archivos de más de mil años tras un derrumbe
El Archivo Histórico de Colonia, que se derrumbó hoy por completo por causas aún no determinadas, contenía decenas de miles de documentos, algunos con más de mil años de antigüedad, y recientemente se había incorporado el legado completo del Premio Nobel de Literatura de 1972, Heinrich Böll.
La "memoria" de la ciudad renana -como se conocía al edificio de la Severinstrasse- contenía 65.000 actas -la más antigua del año 922-, 104.000 mapas y planos, 50.000 carteles y cerca de medio millón de fotografías.
Además, albergaba 780 legados y colecciones, entre ellos el de Heinrich Böll, que había sido comprado por la ciudad de Colonia a la familia del escritor el mes pasado.
El legado de Böll consta de 6.400 manuscritos, además de cartas y documentos.
Empleados del archivo declararon a los medios de comunicación alemanes que lo perdido en el derrumbe puede ser incluso más valioso que lo que se perdió en el incendio de la biblioteca Anna Amalia de Weimar.
"Estamos hablando de 18 kilómetros de estanterías que contenían documentos del más alto valor a nivel europeo", dijo Eberhard Illner, un hombre que durante muchos años trabajó en el archivo, a la emisora Deutschland Radio.
Los empleados y las personas que estaban consultando documentos del archivo pudieron salvarse, porque oyeron un ruido que anunciaba el derrumbe y lograron salir ilesos a la calle.
Un vecino fue traslado a un hospital en shock y nueve personas, que probablemente estaban en los edificios vecinos, han sido dadas por desaparecidas. La Cruz Roja trata de rescatarlas.
Fuente: http://www.infobae.com